Rusia ha lanzado en las últimas horas nuevos ataques en los frentes de Donetsk y Járkov en un intento de ganar territorios en la guerra en Ucrania aprovechando la falta de equipamiento militar del país invadido. La interrupción de los suministros por parte de sus aliados y el invierno hacen que la prioridad de Kiev sea, ahora mismo, defender sus posiciones.
La próxima evolución de esta guerra en Ucrania puede decidirse en despachos situados a miles de kilómetros del campo de batalla. Si en EEUU no se atisba un pacto entre demócratas y republicanos que apruebe una nueva partida de ayuda militar y financiera, en la Unión Europea se están produciendo movimientos significativos. Los 27 pretenden llegar a un acuerdo en la cumbre que se celebra esta misma semana. Para ello deben sortear el veto de Hungría, que ya lo impidió en diciembre.
El gobierno de Zelenski se ha comprometido este lunes ante el de Orbán a enviarle una propuesta sobre los derechos de la minoría húngara en Ucrania. Intenta sortear de ese modo una de las causas que esgrime Budapest para frenar la ayuda a Kiev. De fondo, crece el malestar de la mayoría de los países comunitarios por la actitud obstruccionista de Hungría en un momento tan delicado de la guerra en Ucrania.